Diego Bianchi (Bianki). La Plata, Argentina. Reside en la ciudad de Colonia del Sacramento desde 1999. Es autor de libros ilustrados y contenidos para televisión, artista visual, escritor y editor. Jurado en premios de ilustración y edición nacionales e internacionales. Premiado y publicado en Latinoamérica, Asia, Europa y EEUU. Creador de talleres y actividades lúdicas para adultos y niños. Ha escrito ponencias y artículos periodísticos. Sus artículos sobre diseño editorial, ilustración y edición, han sido publicados en revistas especializadas, catálogos y periódicos de América Latina, Asia y Europa.
-Cómo nace tu interés por el arte?
De pequeño ya me interesaba el juego con el color y la forma. La búsqueda de un espacio de expresión permanente que empezaba en los rincones de las paredes de mi habitación y se extendía por cualquier trozo de papel que llegara a mis manos.
Hace poco publiqué en las redes sociales ( ver : IG @bianki.diego ), un montón de dibujos guardados por mi madre y encuadernados por mi padre en el año 1967. En ese entonces mi padre, grabó con la técnica de dorado a la hoja (que se realizaba grabando en caliente las letras en dorado, de lomos y portadas de libros), mi nombre, apellido y año. Una compilación de cientos de dibujos hechos en el primer año de jardinera. Desde entonces no he parado de dibujar y con el tiempo y el oficio adquirido, encontré una voz propia que me permita expresar lo que necesito contar como artista visual.
-A lo largo de tu trayectoria has explorado diferentes caminos, dibujo, diseño, editor, etc ¿qué te mueve a innovar y buscar nuevas formas de expresión?
¡El aburrimiento! (risas), suena a broma, pero es verdad que me aburre repetir o hacer lo mismo, una y otra vez. Siempre debo buscar una nueva motivación. Creo que mi búsqueda se origina en la curiosidad, en conocer más, en explorar y probarse. Los desafíos son los caminos que se presentan como más interesantes. Si tengo algo para hacer, donde a priori sé lo que va a resultar, es muy probable que pierda el interés, en cambio adentrarme en algo desconocido, me moviliza a descubrir nuevas formas, técnicas, materiales o lenguajes que van a propiciar que deba investigar y fortalecerme a través de nuevas experiencias y aprendizajes que seguramente dispararen nuevas maneras de recrear la mirada.
-Según tu experiencia, qué es lo más gratificante y lo más difícil de ser artista?
Empiezo por el final de la pregunta, ¿puede ser?
Hay gente que piensa que porque uno hace lo que le gusta, entonces lo que hace lo debe regalar. Como hace unos días escuché que una persona le decía a otra (parecían amigos) con voz de reclamo exigiendole un cuadro de regalo: "¿Bó y por que yo no tengo todavía un cuadro tuyo?"... y yo me pregunto ¿por qué un artista debe regalar su trabajo? o acaso tu trabajo lo regalás?
¿Porque un cuadro puede entre otras funciones, ser algo decorativo, el artista debe regalarlo?
Es un común equívoco que se plantea en la sociedad, por que un artista puede hacer lo que le gusta a veces, no siempre, por que todo depende del contexto, ¿ Uno puede hacer lo que le gusta, pero si le pagan mal, o las condiciones nos son las adecuadas para resolver el trabajo, no le va a gustar tanto hacerlo ¿no? Hay una falsa creencia de que el artista tiene una vida ideal. ¿Acaso un carpintero porque haga lo que le gusta, regalaría su trabajo? ¿o yo podría decirle, vos que sos carpintero, regalame un taburete?. En cambio al artista siempre le piden "regalos", "donaciones" o "colaboración gratuita", cuando lo nuestro es un trabajo, un trabajo genuino, que lleva horas y horas de proceso como cualquiera.
Para equilibrar y responder al inicio de tu pregunta, puedo decir que lo gratificante pasa por varias zonas, una de ellas, como en cualquier otra profesión, es que haya alguien que valore lo que uno haga. Ya dependiendo de quien sea esa persona, puede involucrar muchos contextos y situaciones que conlleven a que el trabajo que uno hizo esté en un lugar donde uno sienta la retribución y gratificación que espera con lo que hace.
-Cómo ves la situación en la industria del Arte y la Cultura en Colonia?
No me animaría a hablar de una "industria", porque industrializar el trabajo de una persona a gran escala sería vincularlo a la seriación, es decir una especie de fábrica de lo que un artista hace. En Colonia no existe tal desarrollo, es aún un contexto sencillo, donde aquí el arte ( la pintura, la escultura, las artes visuales en general; todavía son a escala humana).
Me gusta que hay gente en la ciudad, que aprecia la labor de colegas y les encargan obras, o bien para regalar, para decorar sus casas o a veces algunos comercios con visión, le dan un lugar de importancia dentro del contexto de lo que ese lugar ofrece, adquiriendo alguna pintura o solicitando les pinten un mural.
Me encantaría también, que las instituciones locales u otros comerciantes exitosos, puedan visibilizar que hay una cantera de artistas locales con quienes desarrollar proyectos. Quien se vincule a los artistas de la ciudad, obtendrá interesantísimas propuestas que seguramente pueden vincular el arte con su comunidad y con el turismo que nos visita. Desde pinturas murales a diseño gráfico, fotografía, o ilustración, hoy aquí tenemos mucha gente capacitada para transversalizar la comunicación visual vinculando lo social, lo cultural y lo turístico.
-Qué tipo de actividades y/o intervenciones te gustaría ver más en Colonia?
Estaría bueno seguir sumando diversidad de opciones que se acerquen a los intereses de la juventud y a los niños, dándoles lugares de participación e interacción. Debemos ofrecerles propuestas acordes a sus necesidades, la adolescencia y la niñez, son dos momentos de la vida muy importantes para el desarrollo de las personas..
En referencia a intervenciones en la ciudad, me gustaría ver un desarrollo coherente en sus espacios verdes. Zonas que contemplen el aprovechamiento del lugar para la familia coloniense y sus visitantes. Proyectos que tengan en cuenta a todo tipo de ciudadanos, sin olvidarnos de las poblaciones minoritarias. Me gustaría también, ver contempladas en los futuros desarrollos, a las especies autóctonas, tanto de animales como de plantas, que sean parte del concepto a desarrollar. Repensar el espacio recreativo, vinculando conceptos que relacionen al arte y la botánica, con merenderos para la familia y juegos con accesibilidad, pensados también para gente con ceguera, sordos o con problemas de motricidad, que también precisan participar de espacios lúdicos que propongan accesibilidad para interactuar con el resto de la sociedad. En referencia al tema, hoy día, estamos trabajando en equipo sobre un proyecto vinculado a las artes visuales de carácter inclusivo pensado para toda la comunidad y ha sido premiado por el MEC. Se llama "Levrerónimos ilustrados". Basados en textos del escritor Mario Levrero, estoy realizando ocho cuadros interactivos, pensados para que interactúen con ellos las personas con ceguera, sordera, gente con problemas motrices, y otras poblaciones minoritarias amén del resto de la sociedad. Para ello formamos un equipo idóneo liderado por la gente del Instituto Interamericano sobre Discapacidad y Desarrollo Inclusivo (IIDI).
Dentro de mis otras labores personales, desde mi espacio de taller, trabajo intensamente promoviendo actividades colectivas (ver IG @espaciobianki ). Allí, generamos eventos artísticos que involucran el diseño, la ilustración, actividades editoriales, música y gastronomía en un combo que se convierte en un formato de actividades con entrada libre. Lo hacemos para sumar propuestas culturales a la ciudad y estimular una manera de nuclearnos alrededor de lo que nos moviliza.
También es parte de la casa una Biblioteca Popular gratuita llamada "Intríngulis" ( ver IG @intringu ) fundada por mi compañera Ruth Kaufman apoyada por un gran equipo de colegas.
Todo lo apuntamos a estimular nuestro contacto con la gente del barrio y la ciudad, a la que en la semana concurre en busca de libros a la biblioteca, a los talleres de plástica, dibujo, diseño e ilustración, que impartimos todos los miércoles y viernes a lo largo del año. Una manera de compartir conocimiento a través de la experiencia y otras herramientas no convencionales. La gente que se acerca a la biblio, o la que toma clases en el Espacio, puede ver cómo se gesta este tipo de encuentros y los vínculos que generan a mediano y largo plazo con los invitados a exponer en ambos lugares. Así surge un fantástico intercambio.
-Cómo has llevado el confinamiento a consecuencia de la pandemia de COVID-19? ¿Ha afectado a tu proceso creativo?
Nadie escapó a ese proceso global, sin embargo entiendo que los que vivimos en esta ciudad y no sufrimos la muerte de seres queridos,
fuimos de algún modo unos privilegiados, por que nuestra ciudad es generosa en espacios verdes. Espacios que debemos cuidar y proteger de crecimientos urbanísticos indiscriminados. Cuidar el proceso de crecimiento de una ciudad e incluir arte como parte de los espacios verdes es cuidar la calidad de vida. Uno de los grandes problemas de la pandemia se vió claramente en el amontonamiento y hacinamiento que generan las grandes ciudades.
Mi proceso creativo siempre está influido por lo que me rodea, no se puede tapar el sol con la mano, se vió como quedaron al descubierto muchas problemáticas para seguir analizando y que a veces pueden motivar el espacio de la creación. El arte solo, no puede con ellas, pero sí las alianzas colectivas, podrían mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades o, por lo menos no destruir lo que ya tenemos ganado. Por ejemplo una hectárea de bosque depura el anhidrido carbónico que produce un auto que al año recorre 45mil kms. La proporción es tremenda...¡por cada auto que ingresa al parque automotor, se debería plantar una hectárea de árboles!, o al menos no talar lo que ya tenemos. Esa información y lo que ha ocurrido en la pandemia, afecta mi proceso creativo y me motiva a comunicarlo a través de mis imágenes o de mis libros. Hoy día estoy trabajando en un libro para niños y adultos que vincula este tipo de información, a la que la mayoría de la gente no tiene acceso.
-Por último, nos gustaría conocer por qué elegiste Colonia del Sacramento para vivir?
Los encantos de los espacios verdes y la cercanía al río, algo que me acercó a mi vida de infancia. Luego me encontré con gente maravillosa, cálida y generosa y un lugar tranquilo pero muy estimulante para poder trabajar en lo mío.
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